Yig, Padre de las serpientes es un Primigenio que tiene un papel especialmente destacado en las colaboraciones de Howard Phillips Lovecraft y Zealia Bishop. Debutó en el relato La maldición de Yig.
Nombre[]
Parece posible que el nombre de Yig fuese escogido por ser corto, impactante y fácil de recordar. Sin embargo también podría tener raigambre bíblica, aludiendo a Yig'al (también llamado Igal y Yigal), uno de los espías de Moisés. Una tercera posibilidad sería vincular su nombre al concepto oriental de "Ying", que suele traducirse como "oscuridad" o "sombra", contraponiéndose a la idea de "Yang", que equivaldría a la luz.
Apariencia[]
Aunque se dice que suele manifestarse como una figura humanoide, no existen descripciones oficiales sobre su forma original. Por ser uno de sus avatares, probablemente una de las descripciones más atinadas que se pueden dar a Yig es la que se aplica a Quetzalcoatl (para los mayas, Kukulkan): una gigantesca serpiente voladora cubierta de plumas. También a veces se lo representa sencillamente como una serpiente de gran tamaño, aunque siempre con algún rasgo humanoide.
Información conceptual y rol[]
De Yig se dice que es una deidad relativamente inofensiva, que no hace daño a los humanos si no es provocada previamente, y que cuida de las serpientes con amor paternal. Sin embargo, por algún motivo, entra en frenesí al llegar el otoño, con lo que se hace necesario realizar una serie de ritos para mantenerlo alejado. El retumbar de los tambores de los aborígenes pretende aplacar la cólera de la Serpiente. Uno de los principales poderes de Yig consiste en controlar mentalmente a las serpientes, entre las que sobresale una raza de tamaño descomunal conocida como "serpiente sagrada de Yig", de la que el dios se sirve para castigar a quienes se oponen a su poder. Se sabe que si alguien mata a una serpiente vinculada a Yig, será acosado por la maldición de Yig y se acabará transformando en una serpiente moteada.
En relación a su culto, hay que mencionar que Yig contó con una gran cantidad de adoradores, primeramente en Estigia, donde recibía el nombre de Set, y, posteriormente, en el seno de los grandes imperios azteca y maya, en los cuales era venerado bajo los nombres de Quetzalcoatl y Kukulkan ("la serpiente emplumada") Los veneradores de este avatar de Yig estaban enfrentados con los seguidores del dios Tezcatlipoca, avatar de Nyarlathotep, deidad que se había opuesto abiertamente al culto de la Serpiente y que, según las leyendas, incluso había llegado a luchar cuerpo a cuerpo contra el propio Quetzalcoatl, o sea, Yig.
La religiosidad de Yig en su faceta más pura se habría perpetuado entre los indios de Oklahoma y en determinadas zonas del lejano Oriente, donde habría sido adorado bajo la imagen del dragón divino. El propio Yig reside en una "tierra sagrada" oculta en las reservas de indios, donde habría alumbrado un linaje, los nobles hijos de Yig, a los que los nativos acuden buscando recibir profecías. Es por esto que Yig, junto con Byatis y Han el Oscuro, se habría erigido como uno de los tres dioses de la adivinación. En el caso de Yig, el precio a pagar por sus profecías consiste en defender tanto su territorio como su estirpe, un precio pequeño, dado que su adivinación es fuente de prosperidad para sus seguidores. Hay que señalar que tanto Yig como sus nobles hijos entran en frenesí en otoño, ante lo cual sus cultistas tratan de apaciguarlos con el ritmo de tambores.
Yig también fue venerado por algunos cultos basados en el vudú y por algunos hechiceros que emplean el signo sagrado de la Serpiente como emblema de su poder. Además, Yig es uno de los tres dioses de la adivinación, por lo que los adivinos y oráculos a veces también le rinden pleitesía. Entre las razas semihumanas que juraron devoción a Yig se encuentran los hombres serpiente y los miembros de la Vieja Raza de K'n-yan. Para estos últimos, Yig era considerado uno de los dos grandes dioses, siendo el otro Cthulhu, al que ellos llamaban simplemente "Tulu".
En las obras de Walter C. DeBill Jr., Yig es el cónyuge de Yidhra y el padre de Ayi'ig.
Relatos[]
Obras de Lovecraft y Zealia Bishop[]
El túmulo[]
Se comenta que en K'n-yan existen multitud de esculturas tanto de Cthulhu como de Yig.
La maldición de Yig[]
En este relato se muestran las aciagas consecuencias de la furia de este dios.
El lazo de Medusa[]
Se insinúa que Yig podría ser la fuente de los poderes de Marceline Bedard.
Obras de Lovecraft y Hazel Heald[]
Más allá de los eones[]
Yig es uno de los dioses cuya protección busca T'yog, por la mediación de Shub-Niggurath.
Obras de Bruce Bryan[]
El horror de hohokam[]
Yig, en su avatar de Yig-Satuti, es presentado como la divinidad adorada por el pueblo hohokam.
Obras de Lin Carter[]
Fuera del tiempo[]
En este relato se alude a Yig y a su veneración por parte de los hombres-serpiente.
Obras de Walter C. DeBill Jr.[]
Un movimiento de hierba[]
Relato que conecta a Yig con Yidhra.
Obras de Matsudono Rio[]
El sabor de la miel de serpiente[]
Relato en el que se expande la información relativa al culto de Yig en Oklahoma y el rol de sus "nobles hijos" como oráculos del dios.
En los juegos de rol[]
Secretos de Japón[]
Yig tiene una gran influencia en Asia, y especialmente Japón. Sin quererlo, influenció en el simbolismo sintoísta relacionado con las serpientes. Es adorado por los Señores Dragón.
Curiosidades[]
- Según los relatos de Robert E. Howard y en contra de lo que piensa la mayor parte de la gente, en el universo lovecraftiano el dios egipcio Set es un avatar de Yig y no de Nyarlathotep, y tal como se ha mencionado, tendría su origen en la región perdida de Estigia.
- En La maldición de Yig, se sugiere que Satanás, la Serpiente del Edén, es una representación alegórica de Yig. Esto podría relacionarlo en cierto modo con los perros de Tíndalos, a los cuales parece ser que la historia del Pecado Original alude veladamente.