El Yeti es un críptido supuestamente avistado en algunas de las regiones más frías de la Tierra.
Apariencia[]
El Yeti es descrito como una criatura peluda, generalmente asociándosele rasgos propios de los simios.
Información conceptual y rol[]
Al igual que en la realidad, en Los Mitos, la existencia del Yeti es muy debatible. En la mitología lovecraftiana, al Yeti se lo relaciona con diversas entidades, cuyo avistamiento pudo haberse con el de esta criatura.
La versión más aceptada del origen del Yeti se basa en la información sobre los voormis, una raza de humanoides mencionada en los relatos de Clark Ashton Smith. Según esto y tras ser exiliados por los seres humanos, un grupo se dirigió al este mientras que otro realizó un viaje hacia el oeste. Ambos fueron degenerando y su inteligencia se atrofió, convirtiéndolos en criaturas bestiales y prácticamente irracionales. Es posible que dicha involución diera lugar a los yetis y a los pies grandes.
Relatos[]
Obras de Howard Phillips Lovecraft[]
El que susurra en la oscuridad[]
En este relato se hace la siguiente mención:
"...la creencia de las tribus del Nepal en el terrible mi-go o «abominable hombre de las nieves», que deambula por los glaciares y rocas de los picos del Himalaya."
Esto intenta dar a entender, entre otras cosas, que es posible que el mito del Yeti sea la consecuencia de avistamientos de mi-go. Sin embargo, eso es poco creíble si se tiene en cuenta la descripción de los mi-go.
La bestia en la cueva[]
En La bestia en la cueva se describe a una criatura cuyo aspecto era el de un homínido cubierto de pelo blanco que vagaba por una oscura caverna. Pese a que en ningún momento se emplea el término "yeti" para referirse al ser, por su aspecto bien podría serlo. Cabe señalar, eso sí, que se dice en el relato que era posible que la criatura en un pasado hubiera sido un humano, pero que degeneró hasta convertirse en bestia.
Obras de August Derleth[]
El Sello de R'lyeh[]
En este relato figura la siguiente cita:
"Los Mitos de Cthulhu eran muy anteriores no sólo al cristianismo, sino incluso a las creencias de la antigua China y de los albores de la humanidad, habiendo logrado sobrevivir en determinadas regiones de la Tierra: entre los tcho-tcho del Tíbet y los Yeti de las altas mesetas de Asia."