Marceline Bedard es la antagonista principal de El lazo de Medusa.
Apariencia[]
Marceline es descrita como una mujer de poco más de veinte años, dotada de una belleza exótica y casi sobrenatural. Su piel tiene un tono oliváceo, similar al marfil envejecido, y sus ojos oscuros y grandes expresan una intensidad hipnotizante. Su cabello, negro azabache y abundante, es uno de sus rasgos más distintivos, dándole un aura casi mística. Su físico es esbelto y ágil, con una gracia comparable a la de un felino.
Biografía[]
Marceline Bédard, nacida a mediados de los años 90 del siglo XIX, fue una figura francesa de gran misterio y controversia, vinculada a círculos artísticos y ocultistas de París en los inicios del siglo XX. Aunque se desconoce mucho de sus primeros años, Marceline afirmaba ser hija natural del marqués de Chameaux y aludía a un pasado de crianza aristocrática que combinaba el arte y lo espiritual. Estudió y trabajó en París, donde participó en prácticas esotéricas y llegó a liderar un culto místico, fusionando antiguos ritos atlantes, africanos y europeos. Su distintiva apariencia, de rasgos elegantes y piel de tono oliváceo, junto con su cabello negro y profuso, alimentaron su imagen de sacerdotisa y mística, atributos que aprovechó en sus actividades públicas y rituales, llegando a proclamarse la reencarnación de Tanith-Isis.
En 1915, Marceline conoció a Denis de Russy, un joven de familia acomodada y educada de Missouri, Estados Unidos. Denis, profundamente cautivado por su belleza y su carácter enigmático, rompió con sus vínculos familiares y sociales para casarse con ella y llevarla a vivir a su plantación en Missouri. En su nuevo entorno, Marceline mantuvo una relación distante y ambigua con la familia de Denis, en especial con su suegro, quien siempre sospechó de sus intenciones y la consideraba una influencia sombría.
La relación entre Marceline y Denis se tensó con el tiempo. La llegada del artista Frank Marsh, amigo de Denis y antiguo conocido de Marceline en París, marcó el punto culminante de las tensiones. Marsh, quien fue invitado a la casa para recuperar su inspiración artística, quedó fascinado por Marceline e inició una serie de sesiones de pintura, en las que ella posó para él. Sin embargo, el retrato que Marsh comenzó a crear no solo era un reflejo de su admiración artística, sino un intento de capturar la esencia oculta de Marceline, algo que, según Denis, mostraba una naturaleza maligna y ancestral de la mujer.
En agosto de 1916, el trágico desenlace de la historia de Marceline Bedard llegó cuando Denis, convencido de que ella era una amenaza de fuerzas sobrenaturales, la confrontó en su habitación. En un acto de desesperación y horror, Denis la atacó con un machete, dejando una sangrienta huella en su espalda. El cabello de Marceline, que se describía como una entidad casi viva, intentó defenderse y, en su desenfreno, se enroscó alrededor del cuerpo de Marsh, quien murió estrangulado por los oscuros mechones.
Tras su muerte, Denis, marcado por el remordimiento y la locura, también falleció en circunstancias dramáticas.
Relatos[]
Obras de Howard Phillips Lovecraft y Zealia Bishop[]
El lazo de Medusa[]
Relato en que aparece este personaje.
Curiosidades[]
- Marceline es uno de los personajes femeninos más interesantes y humanos de la literatura lovecraftiana, teniendo una historia detallada e incluso unos objetivos plausibles. Además, hay un punto de tragedia en ella, ya que, aún siendo una persona cuestionable y con poderes sobrenaturales, no había cometido en el relato ningún crimen de suficiente magnitud para merecer el fatal desenlace que recibe de manos de su esposo, que la mata no por un motivo racional, sino por miedo. Marceline puede ser vista como un icono feminista debido a esta singular circunstancia.
- Se insinúa que los poderes de Marceline están conectados con el Primigenio Yig.