Las lamias son unos demonios del mundo griego y medieval. Tienen un cierto peso en las obras de Clark Ashton Smith.
Apariencia[]
En los relatos de Clark Ashton Smith, las lamias son seres aterradores que ocultan su monstruoso aspecto bajo la apariencia de jóvenes hermosas. Aunque nunca se describe con claridad su aspecto real, se sabe que poseen afiladas garras y que su boca consiste en unas fauces que asemejan a un pico.
Información conceptual y rol[]
El origen de estas criaturas se encuentra en la historia de la reina libia Lamia, seducida por Zeus, lo cual provocó la venganza de Hera. Los hijos de Lamia fueron asesinados y ella transformada en un monstruo con el hábito de raptar y devorar niños. A finales de la Edad Antigua, el mito terminó llamando lamias a una especie de demonios vampiros mitad mujer, mitad serpiente, que bajo la apariencia de hermosas muchachas, atraían a hombres jóvenes y les chupaban la sangre, siendo esta la versión de las lamias que los autores lovecraftianos utilizarán mayoritariamente.
Las lamias tienen diversos grados de inteligencia y se dice que nacían de las brujas que morían "con deseos insatisfechos y ambiciones frustradas". Aunque se presupone que siempre han existido en nuestro mundo, se volverán más habituales en el futuro, en lugares como el Desierto o el continente de Zothique.
Relatos[]
Obras de Howard Phillips Lovecraft[]
El lazo de Medusa[]
Se insinúa que Marceline Bedard podría ser, entre otras cosas, una lamia.
Obras de Clark Ashton Smith[]
Los cazadores del más allá[]
Uno de los tipos de monstruos que esculpe Cyprian Sincaul son lamias.
El final de la historia[]
Al avanzar el relato se revela que la amada de Christophe Morand, Nycea, es en realidad una lamia.
La encantadora de Sylaire[]
Malachie acusa a Séphora de ser una lamia. Sin embargo, al finalizar el relato, se deja ambiguo si esto es cierto o una simple calumnia, aunque todo apunta a lo primero.
La muerte de Ilalotha[]
Tras su fallecimiento, Ilalotha revive como una lamia aterradora.
Morthylla[]
La cortesana Beldith, en sus correrías por el cementerio, finge ser una lamia.
Obras de Yuke Kabula[]
El bodhisattva[]
Tras perderse en el Desierto, Lughai es encontrado por una lamia. Además, la posada de Khazar-gha’el se llama precisamente "El beso de la lamia".