La bruja Keziah Mason es el personaje que da pie al relato Los sueños en la casa de la bruja.
Apariencia[]
Se la describe como una mujer "con la espalda curvada, nariz larga y barbilla arrugada", con un tono de voz ronco.
Biografía[]
Mason había investigado los viajes interdimensionales, llegando a firmar en el Libro de Azathoth a cambio de conocimiento. Si bien fue aprehendida en la época de los juicios a brujas de Salem, en los folios de la biblioteca de la universidad, Gilman descubre que, en 1692, esta hechicera logró escapar de la cárcel a la que le había enviado el tribunal de Salem gracias al trazado de unas complejas líneas y curvas, con las que, aparentemente, lograba traspasar de una dimensión a otra.
Gilman, tras mucho investigar, es víctima de sueños en los que se le aparecen Keziah y Brown Jenkin, el demonio familiar de la bruja, quienes lo obligan a firmar un libro en el trono de Azathoth, en presencia del Hombre Negro. En una de las travesías de Gilman por estos sueños confundidos con realidad, el protagonista presuntamente logra acabar con el espíritu de la bruja. No se oyó hablar de nuevas apariciones de Keziah Mason y Brown Jenkin desde que la casa de la bruja fue demolida.
Brown Jenkin vengó a Keziah asesinando a Gilman, devorando sus entrañas.
Curiosidades[]
- Keziah Mason siente aversión hacia los crucifijos. Esto puede ser simplemente un cliché, aunque también puede deberse al daño psicológico que le causó el proceso inquisitorial, habiéndole ocasionado un trauma vinculado a los objetos religiosos.
- Keziah Mason alimenta a Brown Jenkin con su propia sangre. Este dato es referenciado en Providence (acto V) de Alan Moore y Jacen Burrows, donde aparecen tanto la bruja como su demonio familiar.
- En sus rituales, Keziah Mason sacrifica bebés. Esto es el reflejo de una práctica real tradicionalmente vinculada con el satanismo, lo cual contribuye a reforzar la asociación del Hombre Negro al que sirve Keziah con el Diablo del cristianismo.