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Los gatos de Ulthar son una raza inteligente que aparece principalmente en el relato homónimo y en La búsqueda onírica de la desconocida Kadath, ambas obras de Howard Phillips Lovecraft.

Apariencia[]

Físicamente, los gatos de Ulthar no guardan ninguna diferencia con respecto a los gatos domésticos comunes, ya que originalmente también lo eran.

Información conceptual de rol[]

Los gatos de Ulthar apenas difieren de los gatos domésticos, aunque parecen tener un intelecto bastante mayor, rasgo que al parecer obtuvieron gracias a una intervención divina.

Los gatos de Ulthar tienen una capacidad de organización mucho mayor a la de los gatos comunes, siendo capaces de aliarse si aparece un enemigo común. Además, consiguieron infundir un cierto temor o respeto a los humanos, en cuya sociedad se han integrado. Aunque su incapacidad para hablar el lenguaje humano les impide participar en la vida política, lo cierto es que desde el punto de vista social reciben un trato de favor comparable al que recibiría una clase alta acomodada, siendo mantenidos sin necesidad de que hagan nada y siendo juzgado todo aquel que ose ofenderlos o herirlos.

Relatos[]

Obras de Howard Phillips Lovecraft[]

Los gatos de Ulthar[]

En este relato se explica cómo los gatos adquirieron el estatus de "sagrados" en la ciudad de Ulthar.

La búsqueda onírica de la desconocida Kadath[]

En este relato, Randolph Carter visita la ciudad de Ulthar y recibe ayuda de los gatos. Además, se alude a la rivalidad entre estos y otras especies, entre ellas los gatos de Saturno y los zoogs.

Legado[]

  • En el remake para PSP del videojuego Persona 2: Eternal Punishment, existe un grupo militar gatuno, las Fuerzas de Gatos de Ulthar, que están en guerra contra la tribu zoog. Chandraputra pide a uno de sus miembros que ayude a Tatsuya Suou para obtener el trapezoedro en posesión del Dios sin Cara.
  • En el manga/anime Mahoutsukai no yome aparece la ciudad de Ulthar y, al igual que en los relatos de Lovecraft, allí los gatos son tratados con especial respeto, rozando la veneración.
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